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Las rabietas de los 2 años. Cómo superar la «primera adolescencia» de tu hijo.

Antes de comenzar, debo recordar que a pesar de que el título de este post haga referencia a los 2 años, cada niño se desarrolla a su propio ritmo, en algunos casos las características de esta etapa comienzan antes de esta edad y en otros acontecen más adelante :).

Los dos años en la vida de un niño es considerada por los expertos como la etapa de la ‘independencia’ o la ‘primera adolescencia’. A esa edad, los pequeños viven grandes cambios y experimentan avances importantes tanto físicos como intelectuales. Están dejando de ser bebés, aprenden a controlar esfínteres, amplían su vocabulario y pueden comunicarse de otra manera. Aunque todavía no puedan expresar muy bien sus emociones, es un momento ideal para comenzar a mostrarles sus nombres (no me canso de recomendar «emocionario» un libro perfecto para esta tarea, aquí puedes ver el post que le dediqué), y que aprendan vocabulario. También pueden exteriorizarlas a través de dibujos, o del movimiento. Es una etapa importante en cuanto al aprendizaje de la gestión emocional, por lo que debemos estar atentos y tratar de servir siempre como ejemplo.


Lo más significativo es que, como los adolescentes, quieren afirmar su independencia. Las palabras que más pronuncian son “No” yyo sol@, pero para poder acompañarlos amorosamente en esta etapa, hay que tener claro que  una de las características de esta edad son los berrinches. Para los padres, es una gran prueba de resistencia, el momento de perder la cordura o de ganar la batalla, muchos se sienten desorientados y no saben cómo reaccionar ante esta situación. Por eso he decidido crear este post. Además de darte mucho ánimo y grandes dosis de cariño y paciencia, te traigo unas cuantas pautas para ayudarte a enfrentar las temidas rabietas de los 2 años.

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1. Evítalas.

Tú conoces a tu hijo y sabes lo que suele hacerle estallar. Si evitas situaciones que sabes que darán origen a un conflicto, tendréis una vida más pacífica en vuestro hogar. 💡  Si no puedes ir al supermercado sin que el niño para llore pidiendo chucherías, intenta hacer la compra en un momento en el que no estés con él, o que la haga otro miembro de la familia; si cada vez que ve el paquete de galletas llora pidiendo una, procura colocarlas fuera de su campo de visión. Pequeños cambios en vuestra rutina y vuestro hogar, pueden ahorraros muchos problemas 🙂 .

 

2. -No pierdas la calma.

Mantener la calma durante los berrinches es fundamental para no empeorar la situación con tu propia frustración, ya que puedes complicar aún más el estado de las cosas y probablemente tengas que hacer frente a una rabieta mucho mayor.  💡  Si la situación te supera intenta alejarte un momento (si estáis en un lugar público, siempre manteniendo al pequeño en tu campo de visión), respira hondo y cuenta hasta 10 pausadamente. Sé que suena a tópico, pero te aseguro que bajará tu nivel de enfado. Además, aquí tienes 5 formas de relajarte en 5 minutos. Probablemente te sean útiles ;).

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3. Empatiza.

Ten siempre presente que tu hijo no es raro, no es malo, no te chantajea, y que él también sufre cuando tiene una rabieta.  Recuerda que esta etapa forma parte de su crecimiento y llegará un día que se le pase. Así que, si tu pequeño se encuentra en un momento de frustración y enfado, necesita sobre todo amor. Ayúdale a gestionar esas emociones. No te enfades, al contrario, dale un abrazo (si es que el niño lo acepta, porque algunos no quieren contacto cuando están enfadados) y ten paciencia, siéntate a su lado y acompáñale, explícale que entiendes su frustración y que estarás con él hasta que se le pase y podáis hablar. Si estáis en casa, trata de darle un papel y un lápiz para que pinte su rabia (si ha comenzado a dibujar), dile que hablaréis cuando esté más calmado y quédate con él hasta entonces.

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Los niños gritan cuando están enfadados. Lloran cuando están tristes. Patalean y dan manotazos cuando están frustrados. Y lo hacen, simplemente, porque son niños y no tienen una forma más «civilizada» de gestionar lo que les pasa por dentro y necesitan expresar sus emociones. En cuanto empiece a hablar, ya puede expresar con palabras lo que siente. Ayúdale a adquirir la capacidad de reconocer la ira o la frustración, expresarla y después, regularla. Para ello, nada mejor que ejercicios de relajación y respiración. Si necesitas actividades concretas que te ayuden en este proceso, no puedo dejar de recomendarte mi guía «Educar las emociones en la primera infancia«, donde encontrarás más de 20 sesiones de actividades de gestión emocional.

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4. Sé su ejemplo.

No podía evitarlo, tenía que decirlo :). Las rabietas son una gran ocasión de aprendizaje para el niño y nosotros somos su principal modelo de imitación. Para conseguir que un niño reaccione de una forma determinada, primero será necesario mostrarle cómo hacerlo. 💡  Si tu hijo de 2 años ha pegado o otro niño en el parque y está en pleno berrinche, podemos decirle de buenas maneras, que eso no se hace y pedirle perdón amablemente en su nombre a la madre y al niño. Después, en casa, en un momento de calma, podemos hablar de lo sucedido, dejar que se explique, exponer nosotros nuestra forma de reaccionar y por qué lo hemos hecho así. Siempre sin ridiculizar, por supuesto, partiendo el diálogo desde la comprensión y la empatía. Una vez la rabieta ha pasado, el niño suele necesitar mucho contacto y cariño, comprobar que le seguimos queriendo y que estamos ahí para apoyarle en su aprendizaje.

 

5. Sé flexible.

Rosa Jové nos invita a reflexionar sobre esta frase ante las rabietas de los niños: ¿En cinco años esto importará?

Y es que en ciertas ocasiones somos los adultos los que nos ofuscamos con una cosa y creemos que es fundamental que el niño haga lo que le pedimos, tal y como lo queremos nosotros. Pero… si lo que pide el niño no es peligroso y en cinco años no importará, ¿por qué no dejarle hacerlo? ¿Por qué no puede ponerse unos zapatos de charol con un chándal? ¿Por qué no podemos quedarnos 15 minutos más en el parque? ¿Qué pasa si no se baña un día? Por supuesto, cada familia tiene sus normas y su forma de comportarse, pero conviene recordar que, en esta etapa, los niños están aprendiendo a tomar sus propias decisiones, y que les dejemos hacerlo les da seguridad. Por tanto, un poco de flexibilidad ocasionalmente les viene bien tanto a ellos como a nosotros, que nos ahorraremos entrar en una discusión, quizás, innecesaria 😉 .

 

 6.- Distracción.

 A veces, a estas edades es tan sencillo como proponer otra cosa divertida para evitar la rabieta. Si el niño quiere hacer algo que en ese momento no puede realizar, podemos proponer una alternativa que a él le guste hacer: cantar juntos una canción, escuchar su cuento favorito, pintar ( 💡 geniales estas pizarras antiaburrimiento para llevar a cualquier parte 😀 ). Pero sin duda, las mejores herramientas, son la paciencia y el cariño.

7 comentarios en “Las rabietas de los 2 años. Cómo superar la «primera adolescencia» de tu hijo.”

  1. Me ha gustado mucho tu post y m gustaria sencillamente 2 cosas. La primera es aceptar las rabietas son naturales y son parte del crecimiento. El nin@ necesita pasar por ellas y forman parte importante de su proceso de autoafirmacion:es múy importante que pueda negarse a algo que les pidamos.
    Segundo: medir la importancia de las cosas con la medida del nin@ y no con la nuestra de adultos. Subir un escalon puede ser un gran logro para el niñ@ mientras que para nosotros es lo normal

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  2. Belén, primero de todo. Enhorabuena por el blog, es muy interesante y útil.

    Después, de este post en concreto, estoy de acuerdo en casi todo. Lo único que no me cuadra es el evitar, evitar situaciones.
    Tras años de experiencia, he podido comprobar que, un alto procentaje de papás y mamás se refugia en el miedo al conflicto con su hijo. Basta que una maestra les diga que eviten estas situaciones para agarrarse más a esto.
    Quiero decir, si toca ir a hacer la compra semanal al supermercado que hay dulces o al chino a comprar botones, que hay juguetes… Pues hay que hacerlo y habrá que enseñar al niñ@ que sólo se compran juguetes en días especiales. Que la vida no es un buffet libre que cogemos lo que queremos cuando nos apetece.
    No puedes cambiar tu rutina porque el niño esté en la edad caprichosa (las rabietas son explosiones emocionales producidas por un deseo). Lo de quitar de su vista un objeto o juguete o distraerle, me parecen muy buenas opciones.
    Este es sólo mi punto de vista.

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    • Hola, Jéssica! Graciñas por tu comentario :).

      No puedo estar más de acuerdo… y por eso en gran parte dejé ese punto para el final, en medio de muchas dudas sobre si ponerlo o no, porque precisamente, es algo que no se puede tomar como norma general, aunque sí para algunas cosas, como quitar algo de su vista (estás evitando el conflicto). Obviamente, si hay que ir al súper, hay que ir y la educación siempre será más beneficiosa que la evitación. Pero si un día tienes prisa, o estás muy cansada, y puedes evitar llevártelo, pues adelante. Es una opción que puedes emplear para evitar el enfrentamiento a la que puedes recurrir cuando creas conveniente, pero sí, estoy de acuerdo en que no se puede abusar, desde luego no es conveniente abusar de su uso.

      Un fuerte abrazo,
      Belén

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  3. Estoy en todo de acuerdo contigo, pero alerta el niño necesita pautas, líneas de dirección donde sentirse seguro y conocer el significado de la palabra NO, TODOS TUS TRUCOS son buenos e interesantes, me gustan,. Pero reconoconoce que hay veces que se debe decir NO I explicarlo después de la rabieta,
    El niño necesita del cariño, del amor, de las caricias de sus padres pero también necesita de su autoridad para sentirse seguro. últimamente observó que los padres, cada vez más, omiten esa palabra, quizás por evitar una rabieta.

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